El grupo Indra ha invertido 20 millones de euros para adquirir el 37% de la firma gallega Sparc, especializada en la producción de semiconductores fotónicos, y se ha convertido en el principal accionista de la compañía, que también está participada por el Gobierno a través de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT, conocida también como la ‘SEPI Digital’).
Indra ha subrayado que con esta operación, que supone una valoración de Sparc de unos 54 millones de euros, «se pone al frente en España» en el diseño y producción de chips, una tecnología cada vez más demandada y crítica para garantizar la soberanía tecnológica y la autonomía estratégica de Europa.
«El proyecto, único por sus características en España y una de las iniciativas europeas más ambiciosas de producción de chips, contará así con el impulso de Indra Group, que aportará su capacidad innovadora, tecnológica y empresarial, su experiencia internacional, así como su bagaje como empresa tractora y vertebradora de la industria nacional», ha destacado Indra en un comunicado.
La adquisición del 37% de la compañía gallega se ha producido en el marco de una ronda de inversión en la que, además de Indra y de la SETT (que ha invertido 17,2 millones para hacerse con el 31,8% del capital), también ha contado con ‘Vigo Activo’, que se quedará con una participación del 8%.
En este contexto, Sparc planea poner en marcha en 2027 una planta en Vigo (en el Parque Tecnológico de Valladares) con la que se prevé que se crearán en torno a 200 puestos de trabajo directos y 550 indirectos para fabricar obleas de semiconductores fotónicos con materiales como el fosfuro de indio, el arseniuro de galio o el nitruro de galio, «claves» en sectores como las telecomunicaciones, la computación cuántica, la automoción, la defensa o la medicina.
El proyecto de Sparc también prevé la creación de un centro de I+D, de una zona de formación y otra oficinas.
La operación para la toma del 37% de Sparc incluye un acuerdo industrial que permite a Indra garantizarse el suministro de chips de nitruro de galio y posicionarse en este mercado con capacidades propias de diseño y fabricación.
«Esta tecnología es crítica para el sector de la defensa y para el sector aeroespacial, especialmente por sus aplicaciones en radiofrecuencia y, en concreto, en el desarrollo de radares AESA de barrido electrónico», ha argumentado Indra.Copiar al portapapeles