El Gobierno japonés ha aprobado una histórica subida del salario mínimo interprofesional, que pasará de 961 yenes por hora (unos 6 euros) a 1.130 yenes por hora, un incremento del 17,6%. Esta medida, impulsada por el gabinete del primer ministro Fumio Kishida, busca estimular el consumo doméstico y romper con el ciclo deflacionario que ha lastrado la economía nipona durante décadas.
La subida —la mayor desde que existe este indicador— forma parte del nuevo programa de crecimiento inclusivo “Nueva Capitalismo Reforzado”, que también contempla ayudas a pymes para absorber parte del aumento de costes laborales. El gobierno calcula que la medida impactará directamente a más de 4 millones de trabajadores.
Economistas del BoJ han advertido que si bien la medida puede mejorar el poder adquisitivo a corto plazo, será clave acompañarla de reformas estructurales que mejoren la productividad de las empresas. Mientras tanto, el yen se mantiene débil frente al dólar, lo que favorece a las exportaciones pero encarece las importaciones energéticas.
Con esta decisión, Japón intenta cerrar definitivamente una etapa de tres décadas de estancamiento salarial, y dar un giro de política macro que ya comenzó el pasado marzo con la subida de tipos por primera vez desde 2007.