El presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), Sergio Díaz-Granados, ha hecho un llamamiento a «ensanchar» los bancos de desarrollo para poder abordar «colectivamente» los «grandes problemas» globales y cubrir la totalidad de las necesidades de financiación al desarrollo en todo el mundo.
«Hoy en día hay casi 500 bancos de desarrollo a nivel mundial. Estamos trabajando en la creación de un banco de desarrollo en el Caribe para hacer más resiliente esta zona, y cada vez hay más bancos porque se necesitan», ha manifestado durante un evento celebrado en los márgenes de la IV Conferencia sobre Financiación al Desarrollo (FFD4) en Sevilla.
En este sentido, ha lamentado que de momento «solo el 15 por ciento de las necesidades de financiación al desarrollo están cubiertas». «Han pasado 80 años y con todo lo que hemos hecho en 80 años solo hemos logrado esto. Se necesita cubrir el resto de lo que se requiere para desarrollo, lo que está calibrado para 2030, y esto solo es posible si ensanchamos los bancos de desarrollo. No uno, sino todos», ha explicado.
«Contamos con bancos nacionales muy buenos en todos los países de América Latina, y hasta el Estado más pequeño tiene algún banco de desarrollo local con el que estamos dispuestos a trabajar», ha aseverado, antes de hacer hincapié en la importancia de obtener «mejores servicios financieros» en términos generales.
«No vamos a lograr una solución para el cambio climático sin la región de América Latina y el Caribe. Tenemos el 60 por ciento de la biodiversidad concentrada en un 23 por ciento del territorio, y si queremos preservar eso vamos a tener que darle una alternativa financiera a los países de la región», ha sostenido.
En el caso de CAF, ha continuado, el banco cuenta con «capacidad para recibir recursos y hacerlos escalar». «El anuncio sobre financiación que hemos hecho aquí, en Sevilla, es una demostración. Este año habremos aprobado en solo un semestre la misma cantidad de recursos que los aprobados a lo largo de todo 2024. Esto es gracias a la capitalización de nuestros socios, pero seguramente podríamos hacer mucho más y ser más efectivos», ha aclarado.
«A lo largo de 2024 y 2025 nos hemos convertido en la principal fuente de financiación para los gobiernos en América Latina. Este año va a ser el tercero consecutivo que aprobemos más recursos que el resto de la banca de desarrollo que opera en la región», ha añadido.
Así, ha hecho referencia a la cumbre entre la Unión Europea y los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que tendrá lugar en noviembre en la localidad colombiana de Santa Marta: «aspiramos a que nos permita seguir ensanchando estos bancos».
INVERSIÓN Y HERRAMIENTAS
Díaz-Granados ha reivindicado la importancia de lograr que la región «cuente con herramientas suficientes para hacer frente a sus problemas» y ha destacado la importancia de la «inversión privada». «Queremos más infraestructura y creemos que ese es uno de los puntos centrales que tenemos que trabajar. Lo que queremos es lograr los instrumentos necesarios para superar los desafíos», ha apuntado.
Al ser preguntado sobre la posibilidad de que los fondos europeos destinados a la cooperación al desarrollo disminuyan a causa de las exigencias de Estados Unidos en lo referente a la OTAN, ha matizado que «se están tomando decisiones trascendentales en la época actual».
Sin embargo, se ha mostrado optimista: «yo veo el vaso medio lleno, no medio vacío, porque el grueso de la inversión en América Latina es privada, y lo que queremos es atraer más de esta inversión privada europea». Es por ello que ha instado a «pasar a la acción» para «poder irradiar más recursos hacia las regiones (…) y formular proyectos y programas que mejoren las condiciones financieras de los países».
MIGRACIÓN
Por otra parte, ha recordado que gran parte de los problemas globales son «colectivos» y ha expresado que los mayores desafíos de la región «son demográficos». «Lo estamos viendo ya en algunos de nuestros países. Las tasas de natalidad están cayendo, tenemos una gran masa de jóvenes que no estudian ni trabajan y que son los que tienen mayor desesperanza, los que más quieren migrar», ha resaltado.
Además, ha abordado la cuestión del envejecimiento poblacional y la falta de pensiones, «que no han sido cubiertas debido a años de informalidad». «Es un cuadro demográfico complejo y la región tiene que retener gente y talento. Tenemos que trabajar en flujos de movilidad ordenados para que la población pueda moverse de un país a otro para estudiar o trabajar, siempre con la idea en mente de que pueden volver», ha declarado.
«Tenemos un desafío enorme en materia de empleo juvenil, una cuestión que conecta con la desesperanza. Tenemos 18 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Este es un cuadro que debe llamarnos la atención y llevarnos a introducir reformas para atender estos desbalances que tiene América Latina hoy», ha señalado.